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El ORAS-CONHU respalda y reconoce el esfuerzo de los Ministerios de Salud de los países andinos en defensa de la vida. Continuamos en pandemia y la principal medida de control de la COVID-19 sigue siendo la PREVENCIÓN.

Nos unimos al mensaje de que la vacunación completa y de refuerzo forma parte de la estrategia para disminuir la gravedad y la mortalidad. Sin embargo, para evitar la transmisión hay que mantener el uso de mascarillas, la ventilación, el distanciamiento físico y el lavado de manos. La aplicación racional de las pruebas diagnósticas, la exigencia de resultados negativos de COVID-19 en puntos de entrada y salida, y de comprobante de vacunación para los viajeros, así como el aislamiento de casos y contactos, deben fortalecerse.

Si se relajan estas medidas, variantes de alta transmisibilidad como Ómicron, aun cuando puedan producir cuadros más leves, especialmente en vacunados, elevan de manera tan brusca la cantidad de contagiados que incluso un bajo porcentaje relativo de personas que necesiten hospitalización puede representar un número muy alto en términos absolutos. Ese aumento, en un breve tiempo, colapsará las capacidades de los sistemas de salud.

Cuanto más se incrementa la cobertura vacunal, es de esperar que del total de hospitalizados la mayoría esté vacunada, pues es una minoría de la población la que no ha recibido este beneficio. Esto no contradice la evidencia de que las vacunas tienen un impacto muy positivo para disminuir las complicaciones de la enfermedad. No nos dejemos confundir. Es importante interpretar adecuadamente las estadísticas y responder con evidencia a los movimientos anticiencia. 

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